Entre un croissant recién salido del horno que recuerda las calles parisinas y una donut rellena de crema pastelera que se derrite en la boca, ¿qué eligen? A nosotrxs se nos hace imposible decidirnos, pero existe un genio de la gastronomía que nos solucionó la vida. Él decidió casar a un croissant con una donut para que tuvieran un hijx (sí, como @voixchile). De esa unión nació la cronut, una espectacular creación del pastelero francés Dominique Ansel. Se trata de un bollo con forma de donut y sabor a croissant relleno de diferentes sabores de crema, los que cambian cada mes.
A pesar de que en Manhattan las pastelerías abundan, en el pequeño local de Ansel, ubicado en el SoHo, entre las 7.00 y las 9.00 de la mañana se forman filas eternas cuando las cronuts están recién horneadas. Se cocinan solo 350 diarias y se pueden comprar máximo dos por persona. ¡Así de impactante es la demanda! Nosotrxs decidimos olvidar la dieta la próxima vez que estemos en Nueva York.
Ya se nos hace agua la boca.
