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[COLUMNA] 23 DÍAS DE CUARENTENA: SÚPLICA A LA MEDICINA

Efectivamente, giré la cabeza. Tal cual El Exorcista. No sé de qué tiempo de reflexión hablan algunos expertos o es que simplemente, no me tolero a mí misma y eso hace que el trillado consejo de 'dedicar tiempo a uno mismo' me valga callampa. No es que me considere aburrida, tonta o lo que sea que pueda desagradar, pero francamente no quiero conversar con mi 'yo' interno ni ninguna de esas cosas de autoayuda o esotéricas que abundan en redes sociales. Lo que de verdad quiero es trabajar. Por la chucha.


Es por eso que me indigné cuando supe que ALGUNOS (aquí no quiero desmerecer a ninguno de los tremendos médicos que, me consta, lo han dado todo este tiempo) profesionales del área de la salud que se han 'encuevado' en lugar de salir a ayudar a nuestros compatriotas enfermos con este bicho. No puedo creerlo. Los médicos chilenos no solo tienen de los sueldos más altos de América Latina en su profesión, también son parte de un sistema que no beneficia a nadie más que a la gente con lucas. Al que puede pagar es al que salvan en Chile.


Con el Covid-19 es distinto: porque aquí somos todos hermanos, como dice el Señor Mañalich. Es por eso que me molesta profundamente que algunos médicos no salgan a trabajar (no me refiero a aquellos que están en cuarentena por órdenes del mismo organismo donde trabajan o del Minsal, sino a los que jamás se pusieron en primera línea); esto porque saben que, efectivamente, se van a contagiar, porque dominan MUCHO más del tema que gente como uno y porque tendrán sus razones personales, qué se yo. ¿Pero saben qué? Me siento completamente en mi derecho de reclamarles su aparición. Cabros, si en este momento histórico, una pandemia que ninguno de nosotros ni ustedes hemos vivido, no les genera la angustia suficiente como para arriesgar su vida por la del resto, es que francamente la vocación se la metieron por la raja. Sé que son minoría a los que me refiero, sé que son pocos, pero TAMBIÉN SÉ QUE EXISTEN (y espero que alguno de ustedes lea esto).


Por eso me enoja tanto este sistema de salud del medioevo, ya que muchos de estos 'cabros' estudiaron medicina porque "ay el niño es médico" y no por su misión en sí, que es la de salvar vidas. En mi caso: si bien jamás me dediqué a la actualidad, en pleno estallido social puse a disposición todos mis registros fotográficos para todos mis amigos que sí se dedican a informar en medios más tradicionales y que no podían seguir caminando por tanta lacrimógena. Era mejor que se fueran a despachar la noticia y yo les mandara las fotos. Sé que no es lo mismo, pero pucha, en casos extremos alfora la vocación pues.


Sus vidas están en peligro, pueden tener familiares en riesgo, soy consciente de que todo eso pasa. Pero, ¿quién más que ustedes puede ayudarnos con esto?, ¿quién más maneja así, 'a raja tabla', los verdaderos cuidados que debemos tener? Nosotros podemos hacer la cuarentena obligatoria, en mi casa somos 4 casos de riesgo máximo (lo que les conté en mi primera columna). Podemos hacer todo lo que nos digan en la súper franja de salud de las 11 de la mañana. Pero médicos chilenos, esto es una súplica. Salgan. Salgan todos a ayudar, como lo hacen tantos de ustedes, con jornadas satánicas de 80989 horas... PERO ES SU MOMENTO.


¿O les tengo que recordar que hasta el mismísimo Señor Mañalich, un hombre de máximo riesgo, ha sacrificado su vida y la de su mujer (trasplantada de pulmón en 2011) todos estos días de pandemia? Esta vez, quizá solo esta vez, lo aplaudo como nunca antes. Y a ustedes, Señores Doctores Chilenos, les insisto que congreguen a todos sus colegas. Esta vez, nosotros haremos lo nuestro y ustedes, por favor, no pidan nada a cambio. Solo esta vez. Y como dice el Señor Mañalich: "Habrá que hacer lo que hay que hacer". TRABAJAR, POR LA CRESTA.


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