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[COLUMNA] CUARENTENA EXPERIENCE III

Ya son más de 20 días en cuarentena. La verdad es que tampoco ha sido tan desagradable del todo. Obviamente, extraño mi oficina, tener rutinas distintas y, por sobre todo, ver a mi familia y a mis amigos. Mis papás se autoexiliarion antes de que esto partiera con mi Chiara (todos los que me conocen saben que me desvivo por esa perrita), y yo me quedé viviendo con mi hermano y mi cuñada, que por lo demás están recién casados, así que prácticamente me he convertido en una experta violinista.


Pero me siento tranquila, mi cuñada es doctora, así que se imaginarán todo lo que la puedo llegar a molestar en un día. La semana pasada fue por moretones extraños en mi cuerpo, dolor de cabeza y tos seca. Tranquilos, no tengo coronavirus. Todos los días sufro de algo nuevo. Hoy es vértigo, esa maldita enfermedad que ataca al oído medio, por lo que me encuentro escribiéndoles estas líneas desde mi cama, con una compresa fría en la frente, con el ventilador funcionando a full y, por supuesto, molestando a los newlyweds cada cierto rato.


Es que cada día que pasa de esta cuarentena me he dado cuenta que me estoy convirtiendo en Bridget Jones (si es que lo no era desde antes). Soltebria con más de 30 años, adicta a las películas lloronas y amante del chocolate (siempre he sido una persona salada, por eso me llama la atención en este último punto). Para qué decir del espumante y los cigarros, los vecinos me deben odiar cuando se me pasan las copas y canto con amigas por FaceTime o la aplicación que sea. Y no quiero ni hablar de cómo tengo las uñas, porque aunque no lo admitan, sé que muchas están en mi misma situación. El acrílico ya no da más y no sé cómo ni cuándo me lo voy a poder sacar. El pelo ya me lo lavo cada dos días y mi pieza se transformó en una especie de santuario. All by myself, tal como cantaba a todo pulmón Bridget.


Y siguiendo la vida de este querido personaje, OBVIAMENTE hoy no hice ejercicio. Sé que lo había prometido en la columna anterior, pero lo cumpliré. Porque una vez que pongo metas, soy muy obstinada y persigo mi objetivo hasta cumplirlo. La próxima semana les daré un diario a lo Brigdet: cuántas calorías queme, cuántas copas me tomé y, por supuesto, cuántos cigarros me fumé. Ahí les demostraré por qué no soy una bebedora ni fumadora social, como tanto me lo temía.


En fin, yo creo que a muchos en esta cuarentena les debe estar pasando lo mismo que a mí: hay días que son muy enérgicos y otros donde solo quieres esconderte en tu cama por horas. Sea como sea, no se cuestionen tanto las cosas, no se martiricen la cabeza porque un día no siguieron la rutina que llevábamos antes. Estamos frente a una pandemia mundial, es algo que a mi punto de vista es histórico para nosotros, y de nada sirve calentarse la cabeza porque las cosas sean como hace un mes. Saquen lo mejor de ustedes mismos, sigan trabajando con entusiasmo desde sus casas, vean películas entretenidas y, sobretodo, NO se martiricen porque un día no se lavan el pelo. Les habla una persona diagnosticada con TOC y que ha tenido que luchar en estos días para no la domine la locura.


En Voix próximamente les estaremos entregando artículos para ayudarlos a sobrellevar esta crisis, que no tiene nada que ver con consejos para quedarse en casa o el top 10 de películas para maratonear. Ya podrán leerlos.


Stay safe & stay home.

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